CASTILLO DE PRIEGO DE CÓRDOBA
En la Comarca de la Subbética, a 107 kilómetros de Córdoba, se encuentra Priego que en 2018 contaba con 22.586 habitantes. Los documentos medievales denominan a Priego como “Villa”, consigue el estatus de “ciudad” el 16 de marzo de 1849 bajo el reinado de Isabel II.
Al noroeste del casco urbano de Priego, en el barrio de La Villa y junto al profundo acantilado sobre el que se sitúa el “Mirador o Balcón del Adarve”, se localiza el castillo a una altitud de 152-153 metros.
Sobre el origen de la fortaleza Ramírez y las Casas-Deza en su “Corografía” dice que fue construida por los árabes sobre las ruinas de otra romana (no hay evidencia arqueológica de que el castillo tenga tal origen. Lo más probables es que la existencia de la villa de Priego tenga un origen hispanomusulmán). “Dejando a un lado el controvertido testimonio que ya demostraría la existencia de Priego en el siglo VIII, el dato histórico contrastado de referencia más antigua, recogido en las fuentes islámicas, sobre la existencia de un núcleo de población en lo que actualmente es el casco urbano de Priego detalla cómo a mediados del siglo IX, año 863, Baguh ( nombre musulmán del Priego actual) contribuye con 900 jinetes a la campaña militar que organiza el emir Muhammad I contra el reino de Asturias-León (VALLVË, 1986: 204-205)”. (Carmona Ávila:”Priego de Córdoba en la Edad Media. Una aproximación histórica y arquelógica”. Antiquitas, nº 9, 1998). Posiblemente la alcazaba fue levantada en los siglos IX-X.
En el 886 pasó a manos de los rebeldes de ben Hafsun y de su aliado el también rebelde Ben Mastana. Los rebeldes acosaron a los partidarios del emir y llevaron casi a la ruina a Priego por la guerra intestina de ben Mastana. Los emires de Córdoba al Mundir (fallecido en el 888 mientras asediaba Bobastro, centro del rebelde ibn Hafsun) y Abd Allah combatieron la sublevación, que fue sofocada definitivamente en el 921 por su sucesor Abderranán III.
“Los musulmanes apreciaron debidamente el valor estratégico del castillo y la villa de Priego: les atribuyeron la capitalidad de la “Cora” o comarca, colocaron bajo su dependencia las fortalezas y núcleos urbanos de Alcaudete, Carcabuey, Lobalejo, Locubin y Luque y la circundaron (…) de numerosas fortificaciones menores que se conservan semiderruidas sobre los montes circundantes y reciben por su forma el nombre de “Canutos”. (Cristóbal Povedano:”El castillo de Priego”. Adarve, nº487, 1996).
Fernando III conquista Priego en 1226 y destruye el castillo: “(…) et desta vez çerco a Jahen(…) et porque Jahen no se pudo conbater, por la gran fortaleza della, tomole los panes et las frutas(…) et se fue a Priego et tomola, et de los moradores los unos mató, los otros cativo, et derribo la fortaleza fasta en el suelo, et dexola atal”. (Cristóbal Povedano).
Por su parte, el padre dominico Jaime Bleda, haciendo referencia a Fernando III en 1226, nos trasmite: “(…) llegó el rey Don Fernando a Priego, pueblo fuerte, donde avia muchos caballeros Moros Almohades y grandes riquezas con todas ellas fue tomado el pueblo al dia tercero. El alcaçar se rindió a partido, y la gente se fue libremente. Otros dicen que murieron todos y el pueblo fue asolado” (“Crónica de los Moros de España”, p.414, 1618).
Muy similar es la siguiente descripción “(…) De allí el Rey y los Maestres fueron al castillo de Pliego, y tomaronlo por combate, donde murieron muchos Moros. Allí se hallaron grandes riquezas, por que en aquella Villa vivian unos caballeros Moros de los Almohades nobles y ricos (…) algunos de los que se avian recogido al Castillo, pidieron seguro de sus vidas, obligándose a entregar al Rey todas las riquezas y tesoros, y mas darle ochenta mil maravedís de plata(…)” (Rades y Andrada: “Crónica de las Ordenes de Caballería, se Santiago, Calatrava y Alcántara”, p. 249, 1572.).
La proximidad de la frontera con el reino nazarí de Granada determina la inestabilidad de la zona de Priego, pero también es la causa de su importancia estratégica. Fernando III entrega la villa en 1245 a la Orden de Calatrava, encomendándole la reconstrucción de la fortificación y la defensa de la frontera. La orden militar reconstruye la fortaleza y la mantiene en su poder hasta 1327 en que vuelve a caer en manos musulmanas debido a la traición de un escudero: “(…) et tenía aquella villa de Pliego Pedro Ruiz de Córdoba que era Freyle el Comendador dende: et salió del lugar por cosas que le complian, el dexó en la torre un escudero que le tenia por el, et este escudero envió decir al Rey de Granada que viniese allí, et que le daría la villa. Et el rey de Granada vino, et cobró la torre et villa de Pliego” (Cerdá y Cerdá:”Crónica del Rey Alfonso Onceno”, capítulo CCLII, p, 470).
En 1328 la vuelve a conquistar Alfonso XI. En 1332 vuelve a estar en manos musulmanas y es conquistada de nuevo por Alfonso XI en 1341. Después de la conquista se repara la muralla y se intenta la repoblación de la zona mediante el reparto de tierras y la concesión del fuero de Jaén a Priego por privilegio de 20 de septiembre de 1341.
Priego estaba situada en una zona de gran importancia estratégica, pero también muy inestable por la proximidad de la frontera con el reino de Granada, lo que favorecía las “cabalgadas” que efectuaban los musulmanes granadinos o incluso la posibilidad de que volviera a caer en manos del reino granadino. Así, parece que en el 1369 Priego estaba en posesión de Mohamad V, rey de Granada: “Pusimos en campaña en este tiempo los cuerpos de Tropas. Y conquistamos la ciudad de Priego (…) Y esto tuvo lugar en el 1º del año 771 (octubre de 1369)”. (Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, (1914) : “Cartas del sultán de Granada Mohamed IV (…) al Jefe de Meca y a los sultanes de África(…)” Correspondencia diplomática entre Granada y Fez. Tomo IV, p. 300.)
Tomada nuevamente por los cristianos, en 1370 pasa a ser señorío de Gonzalo Fernández de Córdoba por donación de Enrique II como recompensa por su ayuda en la lucha contra Pedro I, quedando así Priego integrada en la Casa de Aguilar. Y en 1377 se instaura el mayorazgo que garantizaba la unidad del territorio.
De 1407 a 1409 es, en lo que se refiere a la zona de Priego, un período un tanto oscuro o confuso; las fuentes documentales registran la posesión de la “villa” de Priego por los cristianos, aunque también señalan su despoblamiento en algunos momentos sin que se mencionen las causas.
En los primeros meses de 1407, Priego está en manos cristianas según las noticias que recibe la Reina Regente en el sentido de que los moros tenían cercado Priego, pero a los pocos días le llegan nuevas noticias: “(…) los Moros
que estaban sobre Priego eran ende partidos, é vueltos a Granada, porque habían recibido gran daño, asi de muertos como de heridos”.( Crónica de Señor Rey Don Juan Segundo, p. 36. Compilada por Fernán Pérez de Guzmán . Valencia 1779).
En abril de 1407, el Regente e Infante D. Fernando de Antequera sale para Andalucía. El 18 de junio está en Córdoba y en octubre está sitiando Setenil donde se entera que había dos castillos en manos musulmanas: Priego y Cañete. Priego estaba despoblado y será ocupado el seis de octubre por Gómez Suárez de Figueroa: “(…) é hallólo despoblado, é tomólo, é puso en el gente de armas que lo guardase é basteciólo muy bien (…)”.
El 31 de octubre llega Don Fernando a Marchena y ordena que se envíe trigo, cebada y gente a Cañete, Priego y Las Cuevas, plazas que estaban encomendadas a García Herrera. Pero antes de que llegue el abastecimiento, García Herrera se presenta ante Fernando el día uno de noviembre y le comunica que había abandonado Las Cuevas y Priego porque no tenía provisiones ni gente para defenderlas. Priego estaba nuevamente despoblada.
Solo quedaba Cañete en manos cristianas, plaza que, defendida por Fernán Árias de Saavedra, intentaron tomar los musulmanes. Al no conseguirlo se dirigieron a Priego y Las Cuevas :”(…) é como las hallaron sin gente, quemaron a Priego é las Cuevas, é fuéronse a su Tierra”. (Crónica de Juan Segundo, p. 49).
La villa de Priego permanecía deshabitada desde que fue abandonada por García de Herrera. En 1409 el Infante Fernando de Antequera decide repoblar Priego y Alonso de las Casas, caballero rico, le pide que le conceda la tenencia de alcaldía de la villa a la vez que se compromete a restaurar el castillo y repoblar la villa: “(…) é al Infante plugo dello, é dándole la tenencia con paga é sueldo para ciertos hombres de caballo e pie (…)” (Crónica de Juan Segundo, p. 70).
La villa de Priego, vinculada al señorío de la Casa de Aguilar desde 1370, refuerza su defensa con la creación de la Cofradía militar de San Ildefonso, fundada el 4 de julio de 1426 por Alfonso Fernández de Córdoba y su madre Leonor de Arellano. Está constituida por caballeros cuantiosos de Priego que, bajo un cierto sentimiento religioso, tienen como misión la defensa de la villa ante un posible ataque procedente del reino granadino.
El peligro fronterizo desaparece con la toma de Granada en 1492 por los Reyes Católicos que, satisfechos con la Casa de Aguilar por su comportamiento en la guerra de Granada, crean en 1501 el Marquesado de Priego y se lo conceden a Pedro Fernández de Córdoba que será su primer titular. El Marquesado de Priego pasará en el siglo XVIII (1711) a la casa de Medinaceli.
EL CASTILLO
Aunque los estudios arqueológicos han detectado restos de elementos omeyas y almohades, el estado actual del castillo de Priego es el resultado de las obras realizadas en los siglos XIII, XIV y XV. “La Alcazaba islámica de Madinat Baguh, y posterior castillo medieval cristiano (siglos VIII-XV), (…), es una fortificación situada intramuros, que presenta una dilatada evolución diacrónica de considerable interés histórico para la ciudad. Sin embargo, sería preciso añadir que la mayor parte de las estructuras arquitectónicas que se conservan en la actualidad corresponden al período cristiano (siglos XIII-XV). (Sánchez Merino: “El castillo de Priego de Córdoba”. Revista Castillos de Córdoba, nº 3. Editada por la Delegación Provincial de Córdoba de la Asociación Española de Amigos de los Castillos. 2018).
El castillo está constituido esencialmente por un recinto amurallado que contiene en su interior, entre otros elementos, la Torre del Homenaje, los aljibes, un edificio de viviendas y un almacén y, según Carmona Ávila, una gran estancia rectangular, de dos plantas, adosada al lado SW, que debió desempeñar la función de caballerizas (planta baja) y la de espacio comunal (refectorio, dormitorio de tropa, etc.) la superior.
El recinto amurallado, realizado con sillería, mampostería, de planta cuadrangular y con paso de ronda o adarve, está reforzado por siete torres (el castillo tiene en total ocho torres si contamos la Torre del Homenaje): cinco rectangulares de unos 20 metros y dos cilíndricas. Las torres están situadas en los ángulos y en el centro de cada uno de sus lados, menos en el lado noroeste que no tiene ninguna al contar con un desnivel natural de unos treinta metros que se conoce como Tajo del Adarve.
La calle peatonal Marqués de Priego limita el castillo por el sureste. Desde esta calle puede apreciarse con claridad la muralla con tres torres: una en cada esquina y otra en el centro. “Estas son macizas hasta la altura de los adarves, cuando se abren sendas estancias dotadas de cámara de tiro y aspilleras, y desde ellas se accede a una segunda planta o azotea, actualmente sin parapeto ni merlatura (…) podríamos situar la edificación o remodelación de estas torres (…) en la segunda mitad del siglo XV”. (Carmona Ávila, R. ; Moreno Rosa, A.; Luna Osuna, D. : “Excavaciones arqueológicas en el Castillo de Priego. Informe de la Intervención Arqueológica de 1997”. Antiquitas, 1998. Nº 9 (pp. 101-128) M.H.M. Priego).
En esta misma zona sureste se localiza la puerta de entrada al recinto. Está situada en uno de los lienzos y, adosada a la torre central, se encuentra defendida por un matacán o ladronera localizada a la altura del adarve. La puerta presenta un arco de herradura apuntado con clave, conserva el lugar del rastrillo y en su tímpano, cegado en época posterior, figura el escudo de armas de los Marqueses de Priego. El escudo “(…) es de piedra blanca local (…), representa las armas del marquesado de Priego, que son propias de la villa. Podemos datarlo entre mediados del siglo XVI y el XVII. El escudo que no presenta policromía alguna, está compuesto por un águila teniente (Casa de Aguilar, señores de Priego) que sostiene un escudo coronado y cuartelado. En el primer cuartel, cinco hojas de higuera; en el segundo, cuatro cuarteles alternados de leones y brazos alados armados de espada; en el tercero un león rampante a la izquierda; y en el cuarto cuatro palos” (Sánchez Merino, C.: o. cit.).
En el otro lienzo se encuentra la puerta de entrada actual.
Otras tres torres se encuentran en el lado suroeste donde también se puede apreciar una poterna medieval hoy cegada y, lógicamente, las torres adosadas a la muralla detrás de la cual sobresale majestuosa la parte superior de la Torre del Homenaje. La torre central de este lado tiene una cámara a la altura del adarve y es la única que tiene restos del parapeto y almenas primitivas.
En el noreste se localiza una torre circular y también puede apreciarse una casa adosada a la muralla y a un lado de la torre, hecho que por desgracia no solo afea el conjunto sino que indica la falta de sensibilidad de quienes autorizaron tal construcción.
La torre del Homenaje o Torre Gorda (declarada Monumento Histórico-Artístico en 1943) esta situada en el interior del recinto amurallado. Fue levantada por la Orden de Calatrava entre los años 1245 y 1327, período en el que la orden militar mantuvo en su poder la villa de Priego, donada por Fernando III en 1245. Es de mampostería reforzada con sillares en sus esquinas y con 30 metros de altura es la más alta, pues las otras tiene unos 20 metros. Es de planta cuadrangular con tres pisos cubiertos con bóveda de cañón de rosca de ladrillo. El primer piso, subterráneo y sin acceso desde el exterior, se utilizaba como aljibe para recoger las aguas que descendían de la terraza por medio de una cañería. El segundo piso era un almacén y a su altura se sitúa el acceso a la torre mediante un patín. El piso superior, con cuatro ventanas ajimezadas con arcos de herradura y capiteles de mocárabes, era el lugar residencial. A la misma época de la Orden de Calatrava corresponde el paso de ronda o adarve y los matacanes de defensa vertical.
Entre 2016-2017 se realizaron trabajos de consolidación de la torre: eliminación de las grietas verticales, construcción de una escalera de acceso a la terraza,
impermeabilización y eliminación de la cubierta de teja que permitió aligerar el peso de la misma en casi treinta toneladas.
Dentro del recinto se encuentran varios aljibe. El más importante fue construido por la Orden de Calatrava en los años en que Priego estuvo en su poder (1246-1327). El arqueólogo Carmona Ávila nos guía en el conocimiento del mismo. El aljibe solo era conocido por un plano de 1870 que incluía una equis en el lugar que se suponía estaba el aljibe. Los trabajos arqueológicos, realizados desde 1998, consiguieron descubrirlo, limpiarlo de todas las basuras que lo colmataban y realizar su estudio: “El aljibe es espectacular por sus dimensiones y buen estado de conservación. Presenta una planta rectangular cubierta con bóveda de cañón. Las medidas interiores finales arrojan una longitud media de 10,69 m. y un ancho de 5,82 m. (62,21 m2), mientras que la profundidad o altura total interior alcanza los 5,70-5,80 m. La obra está construida con mampostería (…) y ladrillo (…) y las dos terceras partes de su alzado estaban soterradas. Se ha localizado, así mismo, uno de los puntos de entrada de agua, que recogía el aporte de lluvia de la plataforma superior exterior del aljibe (…). Su uso como depósito de agua se mantuvo durante toda la edad media restante (…), el aljibe cambió función y se adaptó para ser usado como granero, misión que cumplió durante los siglos XVI y XVII. Entre finales del siglo XVII y principios del siguiente, el aljibe se convierte en una escombrera, uso que mantendrá, con alguna intermitencia, hasta el siglo XX, al que se le sumará el de pozo de aguas residuales (Carmona Ávila R. :”Recuperación del aljibe calatravo del Castillo de Priego tras siglos de abandono”. Adarve, nº 941, pp.20-23. Priego, agosto, 2015. Hay un trabajo más completo de Carmona Ávila y Carrillo Aguilera: “Arqueología entre los escombros. La limpieza del aljibe calatravo (siglos XIII-XIV) del castillo de Priego de Córdoba”. Antiquitas, 2016. Nº 28, (pp. 215-262) M.H.M. Priego de Córdoba)
La toma de Granada supuso la desaparición de las guerras fronterizas y, en consecuencia, una menor necesidad defensiva. El castillo de Priego, además de residencia, se adapta a nuevos usos: granero, almacén y palomar.
El paso del tiempo y los terremotos de los siglos XVII-XVIII y XIX van acentuando su deterioro. El terremoto de Lisboa, 1 de noviembre de 1775, provocó algunas grietas que con el paso de los años fueron poniendo en peligro sus torres. El de 1804 supuso la pérdida del reloj que, donado por el marqués de Priego, estaba colocado sobre una pequeña estructura que coronaba una de las torres.
El castillo lo compró Víctor Rubio Chavarri en 1941 a la Casa de Medinaceli (a la cabeza de la misma estaba Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert, XVII duque de Medinaceli) y hasta 1971 fue utilizado como silo por el Instituto Nacional de Trigo. Sus herederos lo donan (recinto amurallado, patio de armas y torre del homenaje) al pueblo de Priego, aprobando la corporación municipal la donación por unanimidad el 14 de agosto de 1996. Entre las condiciones que figuran en la donación se establece que, después de su restauración, sea dedicado a “Centro Cultural Víctor Rubio Chavarri”. En el año 2000 el Ayuntamiento crea el “Patronato Municipal Víctor Rubio Chavarri”. Y en el año 2005 se coloca un bloque de piedra tallada junto a la puerta del castillo donde una inscripción recuerda la donación del castillo al Ayuntamiento.
El castillo, BIC y Monumento Nacional desde 1943. En el año 2012 tuvo que ser cerrado al público por su mal estado de conservación.
El Ayuntamiento promueve la restauración del mismo según el proyecto técnico que se presenta en 2014. Los trabajos de rehabilitación se realizan, en diferentes fases, desde 2014 hasta finales de 2019. En este período se limpian y consolidan los lienzos; se consolidan las torres; especial atención se dedica a la Torre del Homenaje en la que se eliminan las grietas y enlucidos, se recupera la terraza medieval, se impermeabiliza y se instala una nueva escalera de acceso a la misma; se recuperan los merlones; se rehabilita la ladronera y escudo de la puerta principal, etc. Realizados estos trabajos el castillo se abre a los visitantes en los últimos meses de 2019.
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